Luz del Viento
Relatos

Sola

Acompañó a sus padres hasta la estación. Quería asegurarse de que se iban. Los consejos de su madre, sobre la hora de llegada a casa, la comida que le había dejado en el frigorífico, se apelotonaban sin orden en su mente. Ya sabes si ocurriera cualquier cosa llamas al tío Carlos. —Le dijo su madre.

—Déjale, que sabe cuidarse sola. —Sentenció su padre.

Emilia decidió hacer el regreso a pie. Por primera vez se había dado cuenta de que no era malo haber suspendido matemáticas, la excusa de las clases particulares había funcionado. Las zancadas y la elevación de la mirada guardaban una relación directamente proporcional. Era el primer verano que no iba a ir a aquella playa, que no era suya, sino un capricho absurdo de sus padres, desde que decidieron comprarse un apartamento allí. Hay que rentabilizarlo. —Decía machaconamente su padre.

La incertidumbre de pasar aquel verano sola, le había impedido realizar planes para ese mes de agosto, pero contaba con Darío y Jimmy. Ellos no se iban de Madrid.  Van a flipar. —Se decía Emilia mientras intentaba introducir la llave en la cerradura. Sin embargo, algo impedía que la llave entrara más de un tercio. 

—Mamá, han intentado entrar en casa. La cerradura está forzada.

—Tú no te muevas de ahí, que ahora llamo al tío Carlos para que te recoja. Te vas con el este mes, no quiero que te pase nada.

Emilia dio una patada a la puerta y se sentó en el rellano de la escalera. 

  1. compartir
  2. Compartir en Facebook
  3. Compartir en Twitter
Más Relatos